El creador de ‘El cuento de la criada estuvo a punto de matar a un personaje clave. Y menos mal que recogió cable, porque es lo mejor de la serie
‘El cuento de la criada‘ ha llegado a su fin tras seis temporadas de intensidad, violencia institucionalizada y momentos desgarradores, y se ha consolidado como una de las distopías televisivas más impactantes de los últimos años. Y su cierre no ha estado exento de debate, sobre todo por cómo han terminado algunos personajes clave.
Entre ellos está Serena Joy (Yvonne Strahovski), una de las figuras más complejas de toda la historia. La idea original no era que continuase hasta el final y de hecho se planeó matarla al principio, pero hubo algo que hizo que el creador Bruce Miller cambiase de opinión.
Y es que, pese a haber sido uno de los grandes antagonistas durante buena parte de la serie, Serena ha tenido un arco de transformación cargado de matices. Desde revelarse como la arquitecta ideológica de Gilead hasta convertirse en víctima del mismo sistema que ayudó a construir, su recorrido ha sido uno de los más arriesgados y, al mismo tiempo, uno de los más humanos de la serie.
Durante los últimos episodios, Miller y su equipo valoraron seriamente eliminarla de forma trágica, pero por suerte apostaron por otro tipo de cierre para el que, personalmente creo que es, el mejor personaje de la serie.
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Menos mal que recogieron cable


En declaraciones a The Hollywood Reporter, Bruce Miller explicó que su plan inicial era matar a Serena Joy junto a su hijo en el tren donde la encontramos al comienzo de la última temporada. «Serena debía morir en la primera escena de la temporada», afirmó el showrunner, cuya idea inicial era que el cadáver apareciera junto a las vías como una metáfora potente de todo lo que había perdido y de la responsabilidad que tenía con todo lo que ocurrió en Gilead.
Sin embargo, otros guionistas como Eric Tuchman y Yahlin Chang lo convencieron de replantearse ese camino. Argumentaron que aún había dimensiones dramáticas por explorar en su personaje, especialmente por el impacto que su supervivencia podía tener en la protagonista, June. Además, según Miller, la interpretación de Yvonne Strahovski también jugó un papel clave para mantenerla en la historia y admitió que «estaba haciendo un trabajo tan fascinante que no quería dejarlo ir».
Al final, en lugar de tener un castigo definitivo, Serena se quedó con algo mucho más difícil de digerir: un destino incierto, en soledad junto a su hijo, y sin garantías de protección. En palabras de Miller:
«El show nunca trató sobre el castigo. Se trata de la lucha de estas mujeres, no de cómo las castigamos».
Una idea coherente con el tono de la serie, que desde el principio ha evitado las respuestas simples y la justicia tradicional. Por eso vemos que el arco de Serena culmina con una conversación cargada de tensión con June, donde no hay perdón, pero sí una especie de tregua entre ambas. Una decisión narrativa coherente que permite que el personaje siga siendo relevante para el universo de la serie.
De esta manera, al dejar viva a Serena se llega a un final orgánico para la serie y tampoco se cierra la puerta a que regrese en un futuro. No sería como la villana principal, pero no dejaría de ser un símbolo complejo del arrepentimiento y del poder que se ha perdido.
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