‘Ellas en la ciudad’ es un documental muy potente sobre el urbanismo de la periferia y un ejercicio de memoria sobre la lucha vecinal en tiempos de crisis
En una era marcada por reivindicaciones y debates sobre la posibilidad de una ciudad más sostenible y feminista, hace no mucho se estrenó en Movistar Plus+ una serie documental que nos recuerda que, muchas veces, el verdadero motor del cambio está donde no solemos mirar: en los márgenes.
A menudo silenciadas por el discurso urbanístico dominante, las mujeres han sido piezas clave (aunque también invisibles) en la configuración de los espacios que habitamos. Y de esto se habla en ‘Ellas en la ciudad’, la docuserie dirigida por Reyes Gallegos, que sirve como un ejercicio de memoria colectiva.
A través del testimonio de cinco mujeres que poblaron los barrios periféricos de Sevilla en los años 70, esta producción se aleja de la nostalgia para poner el foco en algo más urgente: cómo se forjan las ciudades desde abajo y quiénes las sostienen sin reconocimiento.
En él encontramos un relato lúcido y muy directo, que combina el realismo social con una mirada crítica al urbanismo patriarcal, y una obra que nos invita a escuchar a esas vecinas que pelearon para que ocurrieran cosas que hoy damos por hechas. Como que salga agua cuando abrimos el grifo.
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La periferia como motor


El contexto de ‘Ellas en la ciudad’ es una ciudad como Sevilla, que sigue muy marcada por el éxodo rural y que atraviesa un momento donde la periferia era un experimento urbanístico mal resuelto. Las protagonistas del documental llegaron a estos nuevos barrios sin nada más que voluntad: sin centros de salud, sin colegios, sin líneas de autobús, y con un modelo urbanístico pensado por personas que no pisaban esas calles.
Sin embargo, frente a esa desolación, ellas tejieron comunidad. No desde un discurso político articulado, sino desde la rutina y la vida diaria. Estas mujeres organizaron asambleas, exigieron mejoras básicas, montaron guarderías autogestionadas y cursos de alfabetización. Y el documental capta con sensibilidad cómo la transformación del espacio público fue posible gracias a su organización, que acabó siendo profundamente efectiva.
Una de las grandes virtudes que tiene ‘Ellas en la ciudad’ es que no impone una lectura política, sino que deja que la acción de estas mujeres nos haga pensar, mostrando un movimiento desde lo cotidiano y un feminismo que no se proclamaba como tal pero que desafiaba el rol tradicional asignado a la mujer desde el compromiso con el barrio.
Además, la docuserie no se recrea en el victimismo ni mitifica a las protagonistas. Al contrario, subraya sus contradicciones, sus dudas, y cómo empezaron a tener conciencia política a medida que se enfrentaban a un entorno hostil.
Su lucha no fue por grandes ideales abstractos, sino por tener acceso a recursos tan básicos como un ambulatorio al que llevar a sus hijos, una plaza donde no tener miedo de noche o una escuela sin goteras. Esa manera radical de reclamar lo básico desde la sencillez es lo que convierte a ‘Ellas en la ciudad’ en un relato tan conmovedor.
¿Qué ciudad queremos?


Lo más interesante de ‘Ellas en la ciudad’ es que no se limita a contar lo que ocurrió, sino que nos pregunta qué tipo de ciudad queremos construir hoy. El documental traza un paralelismo entre las luchas del pasado y las que siguen vigentes en los barrios obreros actuales, marcados por el abandono institucional, la gentrificación o la precariedad.
No es solo un documental sobre Sevilla ni tampoco sobre mujeres. Es una obra que conecta con la experiencia de millones de habitantes de ciudades en todo el mundo, que han sido sistemáticamente ignorados por quienes diseñan los mapas urbanos desde una visión centralista, masculina y clasista.
Quizás no sea una obra redonda, pero ‘Ellas en la ciudad’ tiene mucha honestidad y claridad, dos elementos que hacen que tenga muchísima potencia. Y deja claro que se pueden lograr ciertos cambio si se hace desde la comunidad.
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