Construcción silenciosa: Innovaciones para minimizar ruidos y vibraciones en edificaciones
DAT.- La reducción de ruidos y vibraciones se ha convertido en un aspecto fundamental del diseño y la edificación en el panorama actual de la construcción, donde la densidad urbana y la búsqueda de confort son prioridades. Más allá del mero bienestar, el control acústico y vibratorio en estructuras tiene implicaciones directas en la salud de los ocupantes, la productividad en entornos laborales y la funcionalidad de equipos sensibles. Las innovaciones en materiales y técnicas constructivas están marcando el camino hacia edificios más silenciosos y estables, redefiniendo los estándares de calidad en el sector.
Explican desde PILPERCA, empresa presidida por Claudio Antonio Ramírez Soto, que la exposición prolongada a niveles elevados de ruido puede provocar estrés, trastornos del sueño, problemas cardiovasculares y disminución de la concentración. De manera similar, las vibraciones excesivas no solo causan incomodidad, sino que también pueden afectar la integridad estructural a largo plazo y el rendimiento de equipos delicados. Por ello, la integración de estrategias para mitigar estos fenómenos desde las fases iniciales del proyecto es crucial. Esto implica un enfoque holístico que abarca desde la selección del emplazamiento hasta los detalles de acabado, pasando por la configuración espacial y la elección de sistemas estructurales.
Estrategias avanzadas para el control acústico
La ingeniería acústica en la construcción ha evolucionado significativamente, ofreciendo una gama de soluciones para atenuar la transmisión de sonido tanto aéreo como de impacto. Una de las primeras líneas de defensa es la optimización de la envolvente del edificio. El uso de muros de doble hoja con cámaras de aire, rellenos de materiales fibrosos o aislantes como la lana mineral o la fibra de vidrio, es una práctica común.
Estos materiales actúan como absorbentes acústicos, disipando la energía sonora y evitando su propagación. La masa de los elementos constructivos también juega un papel vital; cuanto mayor sea la masa de un muro o una losa, mayor será su capacidad para bloquear el sonido. Por ello, en edificios donde el aislamiento acústico es crítico, se opta por materiales densos como el hormigón pesado o sistemas de placas de yeso laminado multicapa.
Más allá de los elementos estructurales, los cerramientos y las aberturas son puntos débiles en el aislamiento acústico. Ventanas con doble o triple acristalamiento, con vidrios de diferente espesor y cámaras de aire deshidratadas, son esenciales para reducir la intrusión de ruido exterior. Las puertas, por su parte, deben ser de alta densidad y contar con burletes perimetrales para asegurar un sellado hermético.
La incorporación de suelos flotantes y techos suspendidos es otra técnica efectiva para mitigar el ruido de impacto y aéreo, respectivamente. Estos sistemas desvinculan la superficie de acabado de la estructura principal, interrumpiendo las vías de transmisión del sonido. Además, el diseño interior puede contribuir al control acústico mediante el uso de paneles absorbentes, mobiliario con propiedades fonoabsorbentes y alfombras, que reducen la reverberación y mejoran la inteligibilidad del habla.
Innovaciones en el control de vibraciones estructurales
El control de vibraciones en edificaciones va más allá del confort, siendo fundamental para la durabilidad de la estructura y el funcionamiento de equipos sensibles, como los presentes en hospitales, laboratorios o centros de datos. La fuente de las vibraciones puede ser diversa: tráfico vehicular, maquinaria industrial cercana, equipos internos del edificio (ascensores, sistemas de climatización) o incluso fenómenos naturales como vientos fuertes o sismos leves.
Una de las técnicas más efectivas para el aislamiento de vibraciones es el uso de aisladores de vibración en la base de la estructura o en puntos específicos donde se ubican equipos generadores de vibraciones. Estos aisladores pueden ser de elastómeros, resortes helicoidales, almohadillas de neopreno o sistemas de amortiguación más complejos. Su función es desacoplar el elemento vibrante de la estructura receptora, disipando la energía vibratoria. En el caso de edificios expuestos a vibraciones externas significativas, se pueden implementar muros de contención especiales o zanjas rellenas de materiales que absorban la energía vibratoria antes de que alcance la cimentación.
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Para vibraciones generadas internamente, como las producidas por maquinaria pesada, es crucial anclar los equipos en bases de hormigón macizas y aisladas, utilizando amortiguadores de vibración adecuados a la carga y frecuencia del equipo. La rigidez de la estructura también influye en su respuesta a las vibraciones; una estructura más rígida tiende a tener frecuencias naturales de vibración más altas, lo que la hace menos propensa a resonar con vibraciones de baja frecuencia. Además, la incorporación de amortiguadores de masa sintonizada (TMD) en estructuras elevadas es una solución avanzada para contrarrestar las vibraciones inducidas por el viento o el movimiento sísmico, proporcionando estabilidad y confort a los ocupantes.
La implementación de estas técnicas no solo mejora la calidad de vida de los usuarios y prolonga la vida útil de las edificaciones, sino que también contribuye a la sostenibilidad y al valor de la propiedad. La inversión en soluciones de reducción de ruidos y vibraciones es un paso fundamental hacia una construcción más consciente y adaptada a las demandas de un entorno moderno.
(Con información de PILPERCA)